Primero se presenta en mi una imagen y justo en ese momento surge una necesidad imperativa de representación pero al momento de plasmarlo la imagen se transforma, se independiza, nunca pretendo plasmar de manera exacta mi primera visión por el contrario aprovecho sus cambios y construyo a partir de ahí, la obra termina controlando el espacio y a mi. Nada es al azar todo es una contingencia fenomenológica que toma su lugar con forme el tiempo lo dicta.

Mis inclinaciones estéticas se encaminan hacia una estética desmesurada, un ente de carne y sangre que similar al espejo tiene la característica de reflejar la contra parte del espectador. " un espejo deforme y por ende deformante"